miércoles, 10 de junio de 2009

Entrevista a Carlos Eduardo Zavaleta (*)

Por: Axthedmio Mau Guil.
Entrevista en un Pueblo azul, en Un día en muchas partes del mundo, entre Pálido, pero sereno, Carlos Eduardo Zavaleta en diálogo con Un joven, una sombra.
En la entrevista que le hace Rolland Forgues, afirma que parte de una opción fundamental, es decir, del realismo. Porque según usted, quería contar los cataclismos y aluviones de Ancash ¿Usted elige los temas o los temas lo eligen a usted?
Lo uno comienza convertido en lo otro, y uno no sabe en realidad cual es primero. Pero yo, conscientemente me inicié con una novela El cínico, sobre Lima... Pero luego, en el intervalo de eso y lo que vino después del año 47 y 48 se produjo en mi lo natural, las cosas naturales salieron poco a poco, merced a mis lecturas de distintos autores desde Dostoievski hasta los existencialistas franceses, entonces, poco a poco salieron mis recuerdos de mi vida… de modo que, absolutamente todo me vino de forma natural y así salió. Y luego, al leer Retrato del artista adolescente de James Joyce me di cuenta que había una técnica que yo podía seguir muy bien; que era la del monólogo interior, la de la expresión del pensamiento y dentro de ese pensamiento, meter incluso, el diálogo...
Que entra a tallar en un escritor, es decir; cómo se elige ser narrador o ser poeta, aunque en su caso, podríamos hablar de una prosa poética. A Carlos Eduardo Zavaleta lo conocemos como novelista, cuentista, traductor, ensayista, etc., pero no como poeta ¿publicó alguna vez poesía?
Nunca. Me cuidé mucho de ello, ya que tengo mucho respeto a la poesía. Sin embargo, yo he traducido a poetas… por ejemplo; la poesía completa de James Joyce... He traducido una obra completa de teatro de T. S. Eliot con fragmentos y poemas de Ezra Pound, también poemas de William Carlos Williams, de Allen Ginsberg, entre otros. De tal manera que, realmente mi vida ha estado al cuidado de la poesía y de los poetas. Pero yo entendí de que, esa no era mi misión y que no tenía gran facilidad para ello. Entonces, de lo que me preocupé fue cambiar a la prosa, porque la prosa que yo leía y veía de los famosos indigenistas peruanos, con la excepción de Ciro Alegría y José María Arguedas, era deplorable, absolutamente deplorable. No sabían describir bien las oraciones principales y subalternas, no las podían armar, no había cierta sonoridad y menos musicalidad en los párrafos… y por eso, intenté alejarme lo más posible de esa clase de escritura…
Algunos estudiosos como Rolland Forgues, Manuel Jesús Baquerizo y Washington Delgado señalan en Zavaleta su correcta arquitectura técnica narrativa y la psicología profunda, el mirador psicologista, como diría Rolland Forgues. ¿Cual cree usted, después de mucho tiempo, la novela que mas le ha costado elaborar, en la entrevista a Forgues señala que era Retratos turbios y ahora, después de otras publicaciones?
Bueno yo creo que ahora, viéndolo bien, los que más me han costado trabajo han sido Pálido, pero sereno y Los aprendices. ¿Pero, porqué? , porque yo creo que nací como cuentista nato. Para mí hacer un cuento era como respirar, pero luego comencé a extenderlos, a ampliarlos…Y para lanzarme a la novela de 300, 400 páginas lo tuve que pensar mucho…Siempre pensaba yo que, extenderme sería una trabajo muy difícil, me preguntaba porqué Jorge Luis Borges no había escrito una novela. Y sin embargo, si lo había hecho, la novela Las palmeras salvajes de William Faulkner tiene más de 400 páginas y eso lo había traducido estupendamente Borges. O sea que, el estilo de Borges daba para novela…se puede cuidar una página como se puede cuidar 500 páginas...
Cuando hablamos de Pálido, pero sereno, nos es posible postular que es una novela total (hasta ahora un criterio arbitrario) Es decir, en ella hay un conjunto de cuentos, pasajes, episodios que nos conducen a personajes de algunos y de otros de sus cuentos como: “La primera mujer”, “La mujer del héroe”, “Eclipse de una muchacha”, etc. ¿Nos es posible sostener esta teoría de novela total? ¿Cómo están estructurados estos otros elementos en su novela?
No lo sé. Yo nunca he manejado ese concepto de novela total. Aunque eso se vio en el año 65 cuando nos reunimos en Arequipa y, Mario Vargas Llosa pronunció su ponencia sobre la novela total. A mi me parece que, la gran novela total, ya estaba escrita. Y las más grande para mi es el quijote. El quijote es la novela de novelas, donde todo aparece… Y luego leer a Tolstoi, leer Guerra y paz, ¿qué otras novelas pueden ser totales?, Los hermanos karamasov, de Dostoievski, donde el autor ha puesto toda sus clases de técnicas para que lo cercano y lo lejano, el país y el terruño pequeño, todos estén juntos. De tal manera que, eso he querido hacer sí, voluntariamente sí, conscientemente sí, en Pálido, pero sereno… Yo he querido convertir a Ancash en una especie de símbolo de un problema, de una región problema, y que al final, resultó desembocar en un país problema... Esa especie de vuelta al hogar es lo que me ha seducido y me ha hecho pensar en la vuelta de Ulises a Ítaca.
Hay un tema que creo a ambos nos obsesiona: la mujer. ¿Qué concepto tiene Zavaleta de la mujer y cómo llega a insertarlas dentro del texto narrativo? Porque en muchos de sus cuentos y novelas, la mujer es pieza fundamental, así encontramos a mujeres perversas, atractivas, calculadoras, decididas, carnales, valientes, amantes, pasivas, con iniciativa, etc. Háblenos de las mujeres de Zavaleta.
Bueno, desde mis primeros cuentos están las mujeres, desde “La abuela” un texto del 48 en Sihuas…Y desde luego, no está distinta de Matilde, de Los aprendices…Y luego, siempre que tomo un personaje mujer, como que yo mismo siempre me llamo la atención varias veces, y me digo, ¡cuidado! como si fuera un semáforo ¡cuidado! ésta es una mujer ¡cuidado! Porque para mí, como soy hombre y la inconsciencia es masculina, entonces, uno tiene que aplicarse seriamente, voluntariamente, esta figura que es distinta. Hay una frase de André Malraux en La condición humana que no me olvido cuando dice “el se volvió a mirar, lo que vio, no era un hombre, era otra clase de ser”…Todo eso yo entiendo que es la mirada del hombre, del enamorado y sobre todo, del hombre asombrado de que exista una mujer, que exista un ser distinto a él y que, es como un imán poderoso que el cree que, él guía el mundo y la que guía en verdad es ella. Yo me he enamorado de cada una de esas personajes… Es una pregunta importantísima la que me haces, ya que, yo me preocupo mucho, mucho: dos y tres veces, cuando se trata de un personaje femenino. Porque creo en principio, tal vez es mi temor. Temo que no la voy a dibujar bien, que dibujo fácilmente a los hombres, pero no a las mujeres. Y con el tiempo a resultado casi igual, personajes y personajes, y hay que, preocuparse de todos…
Háblenos de sus maestros, que aprendió Zavaleta técnicamente hablando, de los europeos, norteamericanos y latinoamericanos.
Es sabido recordar a James Joyce, a William Faulkner, a Jhon Dos Passos, a Ernest Hemigway, pues aprendí muchas cosas: la seriedad, la parquedad, la presencia de la poesía, la sutileza, el modo de narrar, y desde luego, los otros europeos son extraordinarios: Albert Camus, Simone de Beauvior, Jean Paul Sartre y así otros, un ejemplo extraordinario de los italianos es Alberto Moravia, que, a los 22 años escribió una novela llamada Los indiferentes, ¡que extraordinaria novela!, y luego, hay que detenerse en ver, ese deseo que tiene de pintar la sociedad. Cuando llegó Aldous Huxley acá al Perú, yo le serví de cicerone. Me decía, “¿bueno Moravia le gusta a usted?” y yo le dije que sí, mucho, y me dijo: “bueno a mi no, porque este quiere ser Flaubert, quiere ser un segundo Flaubert; quiere explicarlo todo aquí, y no deja las cosas que sean, sino que, el quiere hacer sus grandes comentarios”, y bueno, este es un comentario de Huxley. Pero ahí en la obra se ve todo el trabajo que le cuesta al escritor estructurar la novela, como una afinación muy suya, es poético y muy doloroso… Luego hay ejemplos de escritores latinoamericanos que se merecen subrayarlos, escritores como Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa. Antes, en Horacio Quiroga o en el grupo de la plata con Juan Carlos Onetti, Roberto Artl, que por cierto, gustaba tanto a Cortázar, son en conjunto, un ejemplo maravilloso y son unos brazos que nos están tirando para escribir. Tenemos suerte en verdad, porque, no solos podemos escribir, sino que nos ayudan a escribir los escritores...
(*) Por cuestiones de brevedad, se muestra la entrevista con fragmentaciones, y recortes de respuestas y/o preguntas. La entrevista completa serà publicada en la Revista Literaria "La casa de Asteriòn" Nº 09
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Nacido en Caraz en 1928, Carlos Eduardo Zavaleta es uno de los narradores peruanos más prolíficos y celebrados del siglo XX. Entre sus obras destacan los siguientes títulos; Los Ingar (1955), El Cristo Villenas (1956), Unas manos violentas, (1968), Vestido de luto, (1961), Muchas caras del amor (1966), Los aprendices (1977), Cuentos completos (1977), Pálido pero sereno (1997). Zavaleta ha cultivado tanto el cuento como la novela y el ensayo. La crítica ha señalado su condición de pionero, pues fue el primero que introdujo técnicas literarias aprendidas de James Joyce y William Faulkner.

miércoles, 27 de mayo de 2009

UNA ANTOLOGÍA DE LA POESÍA ÚLTIMA DE ANCASH

Por: Camilo Fernàndez Cozman

“La poesía debe ser escrita por todos” -sentenció el poeta Lautréamont. Es decir, ella constituye un trabajo de tipo colectivo. T.S. Eliot decía que la labor de los poetas era la de preservar su lengua. Por eso, el lazo entre poesía y lengua es de carácter indiscutible. Hugo Friedrich hablaba de la conciencia crítica del poeta moderno, quien debía ser consciente de los rasgos más saltantes y de la problemática que involucra al hecho de escribir poesía. Y el ejemplo, para él, era Charles Baudelaire, quien compuso Las flores del mal; pero también ejerció, con sindéresis, la crítica escribiendo artículos sobre pintores y escritores de su época.

La orgía inmóvil: 15 poetas. Muestra de la poesía joven de Ancash es una buena selección de la nueva literatura que se produce en el interior del país. Observo que la temática erótica predomina de modo creciente y que dichos poetas nos sorprenden con su estro moldeando metáforas, profundizando en la meditación sobre la complejidad de la relación amorosa o dialogando creativamente con la tradición literaria.

Roxana Ghiglino revela un buen trabajo con el lenguaje: “Empiezo por declarar la guerra a cada estrella inmaculada/ y a danzar sobre el cadáver de una palabra irredenta”. En efecto, “La elaboración de una sombra” es un poema notable porque trasunta un buen manejo del ritmo y de la simbología de las palabras.

Patricia Colchado explora la dimensión erótica a partir de una simbología que remite a la naturaleza y al mundo grecolatino: hay referencias a la figura de Narciso y al “aroma helénico de tus cabellos”. Es digno de resaltar el escandido de los versos y el empleo de los puntos suspensivos como recursos formales empleados por la poeta.

Jaime Tranca dialoga con la figura de Rulfo y, por lo tanto, establece complejas redes intertextuales. El escritor mexicano pasa a ser un posible creador de la figura del yo poético: “Rulfo decidió ya no inventarme”. Al final el poema termina siendo una fructífera meditación acerca de los imprecisos límites entre la realidad y la ficción.

Carlos Maguiña medita sobre la guerra en el mundo contemporáneo subrayando el peso del recuerdo como determinante de la vivencia en el presente. Temas como la sexualidad y la locura aparecen atravesados por una atmósfera donde reina la muerte.

Joule Cáceres realiza una lectura muy personal de la figura de don Quijote, cuya locura permite paradójicamente un acercamiento más lúcido a la complejidad del amor: “Te he inventado entre el sueño y el milagro del fuego”. El poeta reflexiona en torno a cómo el Caballero de la Triste Figura termina extraviado en la ciudad como un rezago de una ilusión perdida.

Luz Shuán se solaza en las imágenes de corte surrealista explorando el espacio de la página en blanco. Se trata de un torrente de metáforas donde predominan aquellas que remiten al agua (“canto lleno de lágrimas”) o al aire (“Los vientos azules de aquella noche”) para propugnar un retorno al mito del eterno retorno y a la regeneración de los cuerpos.

Eber Zorrilla manifiesta una óptica neorromántica que entra en feliz mixtura con una apología del exceso: “Déjame esculpir blanco en el trigal acre de tu vientre”. Se trata de construir una obra de arte con la figura de la amada de manera que el erotismo adquiera un auténtico cariz humano.

John López explora la compleja relación entre el hombre y los ciclos de la naturaleza. La relación erótica, para él, hace que el ser humano se involucra, de modo fecundo, en el movimiento de regeneración del cosmos y con la dinámica de los ciclos naturales.

Ronal Marcelo aborda el tópico de la familia asociada al perenne eje del desierto. El reconocimiento del terruño propio, el recuerdo de la figura de la madre constituyen núcleos a partir de los cuales se teje un espacio donde prepondera el silencio, es decir, la insoslayable crisis de la comunicación.

María Isabel Guillén cavila acerca de cómo el amor está indisolublemente ligado a la muerte: “Hazme vino y bébeme/ hasta saciar el afán de tus células sedientas”. El final de “Poema X” hace ostensible que el nacimiento está fuertemente vinculado a la muerte a través del tamiz del amor.

Benggi Bedoya hace alusión al lazo entre la pasión y la locura. Se trata de una apología del exceso: “esta noche/ la esquizofrenia me tiene en sus garras/ y no hay forma de huir”. De alguna manera Rimbaud y el surrealismo pusieron de relieve cómo la poesía se asocia con la desorganización de los sentidos y el discurso del esquizofrénico como prácticas destinadas a cuestionar la racionalidad occidental.

Denisse Vega utiliza creativamente series enumerativas para dialogar con la propia poesía encarnada en un personaje: “poesía/ que no me des de beber/ poesía/ que ahora yo verteré el pocillo”. El acto de crear se asocia con una suerte de auto sacrificio que permite la purificación mediante el arte.

Christian Ahumada opone la eternidad a la sensación de un profundo desamparo. Es decir, la soledad produce en el yo poético una sensación de soledad que se enlaza con la devastación y el derrumbe: “Usted busca/ la eternidad en mi gruta/ de ventanas fijas y huerto helado/ pero la soledad me ha devastado”.

José Cárdenas indaga por el sentido del tiempo en el ámbito de la cotidianidad. En tal sentido, el yo poético percibe una atmósfera de caída y de objetos marchitos. La ausencia y la muerte han terminado triunfando en el ámbito del amor.

Axthedmio Mau Guil vuelve sus ojos a la tradición literaria y recuerda a Borges como un ser que sueña con un animal nocturno. El acto de cerrar los ojos tiene una dimensión simbólica precisa: trata de configurar una sucesión inacabable a la manera de un laberinto borgeano.

Esta muestra de la poesía joven de Ancash ofrece una selección de la mejor producción lírica, realizada en autores que empiezan por el duro camino de la creación literaria. Celebro la aparición de esta antología como manifestación de que la poesía se renueva, de modo infinito, como el Ave Fénix.

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Nota: Camilo Fernàndez Cozman es crítico literario y poeta nacido en 1965, en Lima (Perú). Es miembro de número de la Academia Peruana de la Lengua y profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y de la Universidad San Ignacio de Loyola. Ha sido conferencista en las universidades de Santiago de Chile, Salamanca, Burdeos, Roma, Florencia, Siena, Bérgamo, Urbino y Rímini. Forma parte del Consejo de Redacción de la revista electrónica Tonos digital de la Universidad de Murcia. Ha obtenido el primer puesto en los siguientes certámenes: Concurso de Ensayo "Raúl Porras Barrenechea" (Instituto Nacional de Cultura,1997), Primer Concurso Nacional del Libro Universitario (Asamblea Nacional de Rectores,2003), Premio al Mérito Científico (UNMSM, 2004 y 2006), Premio Nacional de Ensayo "Federico Villarreal" 2005, entre otros.

MIGUEL GUTIÉRREZ: ENTRE EL CAFÉ Y EL CIGARRILLO,CONVERSACIÓN CON EL VIEJO SAURIO.



Por Alejandro Mautino Guillén


El viejo saurio en Huaraz

Sin duda, uno de los más grandes narradores de la literatura peruana contemporánea. En alguna oportunidad me sentí obsesionado por la vida de los reptiles, mas aún, sabiendo que había un reptil -escritor (tómese este epíteto, no como ofensa o de animo despectivo, sino como un animo figurativo o metafórico de la trascendencia de este notable escritor) que venía de la cálida Piura a hablarnos de su prosa, tan fina, tan lograda.
Una mañana soleada y un aromático y abrumador olor a tabaco en la cafetería "El encuentro" nos esperaban. El viejo saurio pregunta por un café express, y es complacido por un halo de rapidez, mientras medita un poco y enciende un Hamilton. Sentado nos cuenta algunas anécdotas y se sumerge en parte de su vida y  su formación como escritor.
Miguel Gutiérrez dice que Gabriel García Márquez solía decir que él escribía para que lo amen sus amigos; Bryce, también dice lo mismo, escribo para que me quieran mis amigos; por desgracia y por los resultados, yo escribo para que me odien…
Gutiérrez recuerda que, cuando publicó su primer libro; el viejo saurio se retira (1968), la crítica de aquél entonces fue muy severa, e incluso la consideraban como un libro indecente e inmoral que no hacia bien a la juventud. Pues dicho texto, trataba la vida de unos adolescentes en un colegio de curas y su férrea formación religiosa que tenía como escenario referencial una ciudad marcada con una aguda pobreza y depravación social. Incluso una crítica de esos años, la más importante de entonces, a nivel periodístico, dijo que su novela merecía el tacho de la basura.
Considerado como una especie de víbora, que hablaba mal de su propia tierra, estaban a punto de considerarlo persona no grata en Piura, lugar donde nació el escritor en 1940. Pasaron 30 años y la nueva generación de lectores leyeron e interpretaron de otro modo su novela, nuevos aires, nuevas perspectivas para su prolífica carrera como escritor.
Otro libro, el que suscitó odio en las personas es su ensayo, La Generación del 50: un mundo dividido (Lima: Sétimo Ensayo, 1988). Éste, un libro que reúne la inquietud del escritor por el proceso de nuestra literatura a través de la denominada Generación 50 en un marco de desestabilidad político-social en esos años. Cuando apareció este libro, hubo un silencio total, ni una nota periodística, era un libro muy crítico y hasta agrio para algunos escritores, dice Gutiérrez.
Nada parece perturbarnos “El viejo saurio” se detiene en el silencio imperecedero y sutilmente toma su café express, mientras cautelosa y detalladamente habla de sus encuentros con José María Arguedas, Ciro Alegría y Juan Rulfo, entre la enorme cabellera de humo del segundo cigarrillo, que es encendido por su complaciente esposa y que agradablemente se filtra en nuestras narices juveniles…

Acaba la primera ronda de cafés americanos y express. Fraternalmente el viejo saurio (MG) nos mira fijamente, me mira fijamente y pregunta sin más qué género literario es nuestro preferido. Nuestra voz se nubla y fragmentariamente solemos decir que nos gusta la poesía; entonces, sonríe un poco el saurio, piensa… viene a su mente su libro El pacto con el diablo y nos dice que en aquél recoge muchos artículos y ensayos acerca de los poetas de los años 50, 60 y 70. Y hablando de poesía, suele filtrarse y evocarse en su memoria los nombres de poetas como José María Eguren, César Vallejo, César Moro, Martín Adán, Emilio Adolfo Westphalen, Carlos Oquendo de Amat, Jorge Eduardo Eielson, Javier Sologuren, Juan Gonzalo Rose, Blanca Varela, Pablo Guevara, Rodolfo Hinostroza, Javier Heraud, Jorge Pimentel, Abelardo Sánchez León, Carmen Ollé, María Emilia Cornejo, Enrique Verástegui, entre otros.
Respira nostálgico el saurio y afirma que a pesar de la descomunal referencia de autores en nuestra poesía peruana; sin lugar a duda, los más significativos y de mayor trascendencia que él pudiera citar son los nombres de César Vallejo y Jorge Eduardo Eielson. Por un lado Vallejo, como iniciador de una tradición poética nueva y original en nuestro país y reconocida en el exterior (Trilce); por otro lado Eielson, con una matriz musical y pictórica desbordante quien exhibe duramente a la modernidad alienante en Habitación en roma.
Se reinventa nuevamente el saurio, su memoria y sus historias nos atrapan. Después de encender otro cigarrillo, entonces explosionan en los labios del viejo saurio nombres como el de Jorge Luis Borges, Charles Baudelaire, George Bataille, William Faulkner, Frans Kafka, James Joyce, Marcel Proust, Sthepane Mallarmè, Paul Verlaine, Arthur Rimbaud, etc. Considerando a estos como escritores de gran calidad literaria y filosófica en algunos casos, e incluso recomienda el viejo saurio leer a Truman Capote (A sangre fría).
La narrativa en el siglo XX es fundamental para él. El autor de Hombres de camino y La violencia del tiempo hace una distinción telúrica, confirma sustancialmente una triada Joyce, Kafka y Proust; considerándolos como los verdaderos renovadores de la narrativa moderna. Recuerda Gutiérrez también ser asiduo lector de Kafka; el autor de La metamorfosis, en donde Gregorio Samsa sufre una transformación, una trasgresión involuntaria por medio de una marginación mas extraña y abusurda, que linda entre la realidad y el sueño, esa soledad distorsionada y autodestructiva, que se ve también en El Proceso, dice el maestro.
Nos asaltan nuevas ideas de la narrativa de la violencia, ¿acaso también a nivel musical se dio este fenómeno? ¿acaso también la música, es decir, subterránea, surge en este lapso?

El autor de La destrucción del reino y de Un mundo sin Xóchitl,  afirma no ser especialista en música subterránea. Pero efectivamente, en sus ensayos sobre este mismo tema, el de la narrativa de la violencia, toca brevemente el tema del movimiento musical subterráneo, ya nacientes en este contexto. Afirma que Leuzemia y Narcosis; en efecto, fueron los que singularmente, resumen esa protesta contestataria y rebelde de los años 80´. Cómo olvidar -afirma MG- las romanzas, las cursiles del señor Daniel F, que sin duda empiezan a incorporar música y poesía a este fenómeno social. Ya que, en esos años, eran algo así como poetas populares que sabían mucho de música e incluso de poesía.
Hablando de la combinación armoniosa de los sonidos; es decir, la música, MG también nos afirma su fascinación por los acordes de guitarra. Se muestra maravillado por los arpegios, por su inventiva de deleitar y por esa combinación singular que le recuerdan en sus mejores años a Ximi Hendrix y Santana…
Finalmente, un tema no apetecible para los escritores, aunque significativos para muchos de ellos, el papel de la crítica en nuestro país. ¿La crítica literaria afecta de algún modo al inconsciente del creador-escritor?

MG suele decir que hay pocos críticos serios y que, por el contrario, tenemos a falsos críticos frustrados existencialmente. Pero a pesar de ello, sí hay un tipo de críticos extraordinarios, críticos creadores como Luis Cernuda en España; buen crítico y buen poeta, otro caso resaltante en nuestro país lo es Mario Vargas Llosa, que cumple sin duda esa distinción, hablando de grandes figuras…
El viejo saurio recuerda las críticas a su libro El mundo sin Xóchitl (2001); críticas como las de Melvin Ledgar, Kathya Araujo, entre otros. Sin embargo, una crítica sustancialmente breve, pero que mejor ha logrado simplificar temáticamente y estructuralmente su novela, es pues la de la poeta Ana María Gazzolo, según el mismo autor.
El viejo saurio parece fascinado por la idea de no ser entrevistado mecánicamente (pregunta-respuesta). Lo motiva animosamente la idea del diálogo creativo, del encontrarse, directo y libre. De este modo, el escritor termina siendo el entrevistador y así también parece culminar nuestra extensa sesión en una cafetería del parque del periodista.
El viejo saurio busca su bastón. Lo ayuda su esposa a levantarse de la mesa y suele despedirse con un “ojala me visiten algún día allá en Lima”. El viejo saurio abraza a su mujer, a su reptil compañera. Entonces, una imagen desolada suele evaporarse entre nuestras pupilas, como en aquel final de El amor en los tiempos del cólera; donde es la vida, más que la muerte, la que no tiene límites. Ellos parten de igual modo, como si fuesen cómplices de algo, con rumbo incierto por las calles de Huaraz, calles ya desconocidas para nosotros.
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NOTA: Miguel Gutiérrez es autor de una novela juvenil como lo señala James Higgins: El viejo saurio se retira (Lima: Milla Batres, 1968), pero logra notoriedad con la publicación de sus novelas en su madurez como narrador en Hombres de caminos (Lima: Editorial Horizonte,1988); La violencia del tiempo, 3 vols. (Lima: Milla Batres, 1991); La destrucción del reino (Lima: Milla Batres,1992); Babel, el paraíso (Lima: Colmillo Blanco,1993); Poderes secretos (Lima: Campodónico, 1995); El mundo sin Xóchitl (Lima: Fondo de Cultura Económica, 2001), Confesiones de Tamara Fiol (Lima: Alfaguara,2008), entre otros textos.

lunes, 18 de mayo de 2009

Mario Benedetti: al borde del camino

La noticia llega como un proyectil que penetra las entrañas de un pájaro en el aire. Mario Benedetti ha muerto. Esta historia que parecía una mentira, y que creíamos que jamás nos sería revelada, hoy nos ha tocado muy a fondo. El maestro con sus apenas 88 años y que recién comenzaba a vivir como un niño recogiendo del cielo de palabras las frutas frescas de la poesía, se ha detenido en el camino, y ahora nosotros le decimos: “No te quedes inmóvil /al borde del camino/ no congeles el júbilo/ no quieras con desgana/ no te salves ahora/ ni nunca” ¿Qué podríamos agregar ante su muerte? Púes nos queda solamente ese silencio humano, aquel que no quiere hablar sobre lo ajeno y lo nuestro, pero que sin embargo, naufraga en esa atmósfera eterna, ese mismo camino al cual todos zarpamos algún día. Compartimos este poema de Mario, parte de todos esos poemas esenciales:
NO TE SALVES
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
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Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farugia, más conocido como Mario Benedetti (14 de septiembre de 1920, Paso de los Toros - 17 de mayo de 2009, Montevideo), fue un escritor y poeta uruguayo integrante de la Generación del 45, a la que pertenecen también Idea Vilariño y Juan Carlos Onetti, entre otros. Su prolífica producción literaria incluyó más de 80 libros, algunos de los cuales fueron traducidos a más de 20 idiomas.

viernes, 8 de mayo de 2009

Entrevista a Marcos Yauri Montero (*)

Marcos Yauri Montero y el extraño caso del Ulises lìrico de nuestra època

A.M.G: Cuando hablamos de Marcos Yauri Montero, hablamos de un escritor completo. Es decir, tenemos a un Yauri poeta, novelista y crítico ¿Cómo se interrelacionan estos trabajos en su creación? Ya que en algunas obras es perceptible, una prosa lírica, por ejemplo, y en otras, un lírica en prosa.
M.Y.M: La pregunta que tú me haces me toca de manera impactante e inclusive me invita a mi mismo a meditar…Porque realmente, yo me inicié como poeta, mejor dicho como lírico; inclusive mi primer poemario El mar, la lluvia y ella es de un lirismo bastante complejo y me parece que es bastante lograda, púes la crítica literaria la recibió muy bien en aquellos tiempos de los años 60… Posteriormente, yo me dediqué a la novela porque por entonces yo tenía preocupaciones sociales con respecto a nuestra región, a la comunidad nacional y también a la comunidad, digamos, de bandera general e internacional…
A.M.G: En cuanto a la estructuración temática en su obra poética y narrativa, ¿los temas lo eligen a usted o usted elige los temas?
M.Y.M: Es una pregunta interesante. Me parece, que nos buscamos mutuamente. Los temas vienen, me provocan, al mismo tiempo que yo he estado buscando algo que tiene que sacudirme y hacerme hablar…Hay temas sociales, hay temas de amores, hay temas de sueños, hay temas de grandes proyectos, hay temas de creación, hay temas de imaginación, tantos temas y todos los temas me gustan. Porque, en todos los temas, está presente la condición humana…
A.M.G: Cuando hablamos del sujeto, en algunos casos, sujeto poético y en otros, sujeto novelesco o personaje en la novela. En gran parte de su producción ya sea en prosa o en lírica, hallamos a un sujeto caracterizado como el Ulises; un sujeto en busca de su patria, en busca de su identidad, de su clase, de su pasado. ¿Como ha visto esta constante en toda su obra?
M.Y.M: Somos peregrinos en la tierra. Todos nosotros tenemos dentro de si, a un Ulises y todos nosotros en si, somos Ulises. Pero, ¿porqué digo esto?, púes porque uno siempre se está buscando. El hombre siempre se está buscando, por ejemplo; quien no recuerda a su niñez o a su juventud y quien no quisiera volver a esos tiempos, estamos siendo un Ulises. Cuando uno se ausenta de su región, de su familia, hay momentos en que uno recuerda y quisiera volver aun cuando los caminos están cerrados y los puentes están rotos… hoy el mundo, es el mundo de la migración…
A.M.G: Háblenos ahora de No preguntes quien ha muerto y la tensión lírica que subyace y que se teje en esta novela.
M.Y.M: Esta novela No preguntes quien ha muerto, es para Luis millones…una novela intimista y muy grande… Es una novela muy moderna, no es la novela histórica del siglo XIX, es la novela histórica del siglo XXI y acogiéndome a lo que dice Luis Millones y acogiéndome también a otra opinión verbal de Edgardo Rivera Martínez, todas mis novelas son líricas… No hay novelistas líricos en el Perú. En Zavaleta ¿hay lirismo allí? No hay. ¿Hay en José Antonio Bravo? No hay. ¿En Miguel Gutiérrez? No lo hay. ¿En Óscar colchado? No, no lo hay. Hay mas bien, aunque esto es perceptible en estos escritores: un naturalismo y un realismo. Realismo viejo, naturalismo viejo, pero no hay esa forma, el de una novela lírica. ¿Y porqué será? , tal vez algún fenómeno que sería necesario rastrear, en un estudio profundo de nuestra narrativa peruana contemporánea…
A.M.G: En un poemario Tierra- Aire del poeta Alejandro Peralta, encontramos un poema que le es dedicado el poema es “Urbe”. Háblenos de ese vínculo con el poeta de Ande y El Collao.
M.Y.M: Conocí personalmente al poeta Alejandro Peralta en el año 71 ò 72 y coincidíamos bastante en nuestros ideales… El año 70 ò 71… se había dado la casualidad que él se presentó a un concurso, en el rubro de fomento a la cultura José Santos Chocano. Y yo también me había presentado a ese mismo premio, con un poemario titulado Celaje del amor violento… Fue una lucha tremenda, una lucha muy fuerte, una lucha violenta, porque la calidad de Celaje del amor violento, también se merecía el primer premio. Pero había una cuestión histórica, una deuda tremenda culturalmente, que el Perú tenía con don Alejandro Peralta… y es que, no se le había dado ninguna distinción hasta ese tiempo, y él ya era un anciano... Entonces, el Perú cumplió su deuda con don Alejandro Peralta y se le dio el premio, y a Celaje del amor violento… se le dio la mención honrosa, cosas que la historia no la conoce, sino hasta hoy en que tu me preguntas…

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(*) Por motivos de espacio en este medio, se ha considerado cortar gran parte de esta entrevista extensa. La edición completa de la misma, saldrá en la revista literaria “Casa de Asterión” Nº IX.

jueves, 7 de mayo de 2009

DOS LIBROS DE CAMILO FERNÀNDEZ COZMAN

Camilo Fernández Cozman: en el cuerpo de sus páginas

Por: Alejandro Mautino Guillén
La comprometida labor con la crítica literaria del profesor de la U.N.M.S.M y de la USIL, Dr. Camilo Fernández Cozman (Miembro de número de la Academia Peruana de la Lengua), nos presenta dos nuevos libros.
El primero, La poesía hispanoamericana y sus metáforas. Fondo Editorial de la Universidad de Murcia, 2008, España. Libro donde se reúnen once ensayos dedicados a analizar la poética Latinoamérica en sus más destacados representantes: Pablo Neruda, César Vallejo, Jorge Luis Borges, Octavio Paz, Carlos Germán Belli y José Watanabe. Este libro, enfoca como refiere el autor “el estudio de un segmento amplio que va desde la vanguardia poética y llega hasta la generación de los años setenta”.
En el libro, Fernández Cozman, utiliza una metodología que busca ampliar la denominada retórica formal, para ello emplea elementos como: los contextos culturales y las figuras retóricas, unidas a manifestaciones cognitivas del ordenamiento del mundo.
Otro libro es, Mito, cuerpo y modernidad en la poesía de José Watanabe. Cuerpo de la metáfora editores, 2009, Lima. En donde, a partir de una “plurimetodología” Fernández Cozman correlaciona los estudios antropológicos, históricos y de crítica literaria para abordar un estudio a lo largo de seis ensayos, a la poética de Josè Watanabe (especialmente en los poemarios: El huso de la palabra, 1989; Historia natural, 1994; y Cosas del cuerpo, 1999), poeta peruano trascendental y miembro de la denominada “generación del 70”. Este libro, que fuera ganador del Premio Nacional de Ensayo “Universidad Nacional Federico Villareal” 2005, tiene el mérito de plantear desde una perspectiva interdisciplinaria, los tópicos subyacentes en la poética moderna (la racionalidad instrumental, la tecnología, la modernidad, la lírica conversacional, la obra abierta, la desmitificación, por ejemplo), que también son subyacentes en la poética de Watanabe. De este modo, Fernández Cozman, plantea que en dichos poemarios “se observa el pensamiento mítico, una reflexión sobre el cuerpo en la modernidad y una crítica de la racionalidad instrumental”.
Camilo Fernández Cozman ha publicado además Las ínsulas extrañas de Emilio Adolfo Westphalen (ensayo, 1990, 2003); Ritual del silencio (poesía, 1995); Las huellas del aura. La poética de J.E. Eielson (1996); Raúl Porras Barrenechea y la literatura peruana (2000); Rodolfo Hinostroza y la poesía de los años sesenta (2001); El cántaro y la ola. Una aproximación a la poética de Octavio Paz (2004); La soledad de la página en blanco (2005); y La poética de Wáshington Delgado (en prensa).
Indudablemente, la labor de la crítica literaria en nuestro país, se va extendiendo como una telaraña universal, como un circuito de redes, que van llegando desde diversas direccionalidades a favorecer la lumbre del arte en la oscuridad. Creemos por ello conveniente señalar que el camino de la literatura siempre ha sido el mismo: el del rigor crítico y creativo.

lunes, 20 de abril de 2009

Laberinto cultural Casa de asteriòn Nº 08

Por: Alejandro Mautino Guillén.

(Ediciòn en Pdf)

Después de un ingente ostracismo acaba de publicarse la edición número 08 de la Revista Cultural Casa de Asterión (A grietas - Arteidea Editores, 2008). "La casa de Asterión" es el título de un cuento de El Aleph, del escritor Argentino Jorge Luis Borges. En donde el personaje “Asterión”, a través de un intenso monólogo interior y el empleo del discurso en primera persona, caracteriza el destino del hombre en general en su laberinto, y que, en modo alguno, corresponde y obedece a la construcción metafórica de la visión del mundo.
Esta edición está dividida en tres secciones: la primera; denominada A la Sombra de un Aljibe, en el que se reúnen trabajos de crítica literaria, como la del profesor y crítico literario Camilo Fernández Cozman, quien en un ensayo acerca de la influencia de la modernidad y la tecnología, explica los casos de dos poetas vanguardistas, Alberto Hidalgo y Carlos Oquendo de Amat. Para ello operativiza algunos postulados generales y algunos lineamientos teóricos de Octavio Paz, Marshall Berman, Jurgen Habermas, Nicolas Luhman, Walter Benjamín y George Lakoff, acerca de la concepción de las teorías de la modernidad, la concepción de la tecnología, la racionalidad instrumental, el individuo en la urbe moderna, la cultura de lo visual y la humanización del proyecto de la modernidad. Luego enfoca un estudio de la vanguardia poética internacional, hasta llegar así, al estudio de dos grandes poetas peruanos: Alberto Hidalgo y Carlos Oquendo de Amat, donde apreciamos una visión crítica del desarrollo tecnológico.
De otro lado, en un importante trabajo Rocío Silva Santisteban, pone de manifiesto nuevamente su postura feminista, en un ensayo denominado Fem, propuesta de una escritura diferente, donde aboga por la determinación de liquidar la supuesta postura feminista impuesta por el androcentrismo o falogocentrismo en la literatura escrita por mujeres. Silva Santisteban está en contra de la literatura denominada como Universal, ya que cuando hablamos de literatura universal-dice la autora- hablamos normalmente de lo escrito por los varones. Hace referencia también del travestismo literario, que tiene que ver con el uso del “género masculino”, como si se tratara de una licencia literaria para poder escribir y finaliza señalando que, la feminidad es romper radicalmente con el soporte de significados, es construirse, autorepresentarse fuera de la embaucadora neutralidad masculina.
Asimismo, culminando con esta sección crítica, se muestran dos fructíferos trabajos en torno al escritor Carlos Eduardo Zavaleta, elaborados por el crítico literario Segundo Castro García y el escritor Macedonio Villafán Broncano. El primero; desde una mirada analítica enfoca los tópicos de la violencia (senderista, étnico, familar, verbal) y la sexualidad (el libre erotismo, las perturbaciones, la doble moral) en Sufrir con cuidado; mientras que el segundo, desde una óptica semiótica, centra su análisis en el personaje Pablo de Pálido, pero sereno, como elemento modelo de un protomacho y que, desde una óptica semiótica, Pablo pasa de un estado de carencia; de orden social, familiar e individual, a un estado de poder; poder cultural, poder económico y de prestigio social. Finaliza el autor señalando que, el personaje Pablo, parte de la aldea para conquistar el mundo, se globaliza sin perder su identidad.
La segunda sección denominada Al estilóbato del templo de las hachas, es una muestra de cuentos, en donde se puede leer el cuento, El Cronometrador de la muerte; del notable escritor Carlos Calderón Fajardo, donde nos narra las peripecias que tiene que pasar un emigrante y su extravagante trabajo: tomar pulso a la gente que minutos después va morir. Asimismo encontramos un cuento denominado De pesca del joven escritor Daniel Gonzáles Rosales, donde podemos registrar la grandeza humana frente a la naturaleza, el derecho a la vida, la idea de superioridad e inferioridad y la belleza ante el asombro; son temas que se entrecruzan en su cuento. Hay además un cuento, Conversemos del escritor Eliseo Bustincio Ari, que trata acerca de dos personajes que se encuentran después de un tiempo prudencial, ambos ocultan una conversación no realizada, y que, cuyo único medio donde les es posible, es vía Internet, donde “A” situado en la cabina 1 chatea con “B” situado en la cabina 3, curiosamente ambos padecen un mismo misterio, una misma mujer, un mismo ritual de miedo a conversar.
Y finalmente, la tercera sección denominada, El sótano se bifurca donde se reúnen poemas de Maria Isabel Guillén, Christian Ahumada Heredia, Axthedmio Mau Guil, Rocío Silva Santisteban, Ricardo Canizales y Ricardo Ayllón, los temas por donde se navega son los dedicados a la temporalidad del ser, la rutiniedad de la existencia y los intermitentes aposentos de la sexualidad.
De este modo, podríamos señalar que la revista tiende a plantear una propuesta en dos sentidos; una, enfocando el tema de la crítica literaria; la otra, el de la creación literaria. Creo conveniente recordar al filósofo Friedrich Nietszche cuando solía decir: “Tenemos arte para no morir de la verdad”, Pablo Picasso afirmaba algo similar; “La literatura es una mentira que nos conduce a la verdad” de este modo el arte, y más precisamente, la literatura, empieza siendo una terapia para el alma para muchos jóvenes, y entre esta tensión ideacional creo conveniente señalar que nació la revista Casa de Asterión.
No nos queda mas que invitarlos a perderse en los laberintos de la revista, invitarles a entrar y metafóricamente perderse en estas páginas. Entre los precarios límites de la realidad y la fantasía, en estos laberintos de vida, en estos laberintos de muerte, laberintos del cuerpo, del pensamiento, de la imaginación o simplemente perderse, en este eterno viaje denominado: "La casa de Asterión", porque como se refiere en el cuento, la casa es del tamaño del mundo, y mas precisamente; es el propio mundo. Y el minotauro apenas se defendió…

domingo, 19 de abril de 2009

Las almas también penan por amor : lectura de encuentros y desencuentros

Por: Alejandro Mautino Guillén/ Axthedmio Mau Guil

Magia, misterio, evocaciones y sentimientos; son los tópicos de la atemporalidad en Las almas también penan por amor (Ornitorrinco Editores, 2007) del joven escritor Eber Zorrilla Lizardo (Huari, Ancash 1982).

Este análisis parte de un análisis general, de una estructura genérica del libro de cuentos de Zorrilla. Por cuestiones didácticas intentaremos explicar el cuento que da título al libro de un modo sucinto. Empezamos señalando entonces que, hay en el cuento, una reelaboración de un asunto trascendente, mas que el amor mismo, hay la noción e idea de un sincretismo con una ligera perspectiva de lo real maravilloso.
Por un lado; los cerros, ríos, quebradas, son elementos que están dotados de ciertos artilugios de animidad y divinidad, propias de la cosmovisión de la andinidad; mientras que por otro, se entrelazan algunos elementos del cristianismo (cruz, navidad, el diablo, cristo, etc) elementos de la religiosidad europea.
De este modo, el cuento viene a ser una suerte de encuentro entre andinidad y cristianidad, en donde ambos se nutren y coexisten, ya que en ambos casos ¿acaso no existe la otra vida? y si acaso existe la otra vida, ¿estos seres no tendrían acaso sentimientos que han arrastrado? y si han arrastrado estos sentimientos ¿acaso no sufren como nosotros?. Las almas también penan por amor, es finalmente; un cuento que invita al lector a perderse por los diversas variantes del neoindigenismo en nuestro país.

jueves, 12 de febrero de 2009

Lo todopoderoso del poeta frustrado: La poesìa de Karl Marx

Fuente: diario La Industria de Chimbote, 05 de marzo del 2008
“La poesía es el punto de intersección entre el poder divino y la libertad humana”.
Octavio Paz
Resulta extraño saber que Karl Marx –el constructor de las bases del Materialismo Histórico– pudiera “perder el tiempo” en algo tan subjetivo como la poesía. Cuando aún experimentaba la juventud, el científico que estudió las anomalías de la sociedad y diseñó un novedoso modelo económico y social que revolucionó la cosmovisión mundial, tuvo primero un norte: la fama literaria. El siguiente artículo explica una curiosa etapa de la vida del gran pensador alemán.
El bohemio de Treveris
Un joven de Treveris, de conflictos emocionales y una inteligencia todavía dormida, es lanzado del seno familiar a la vida universitaria y en aquel nuevo contexto transforma radicalmente sus modos conservadores hasta convertirse en uno de los más grandes bohemios de toda Alemania. Se llamaba Karl Marx, y aún no era el personaje de abundante barba que figura en los libros de historia universal.
Había incurrido en los peores hábitos estudiantiles: fue detenido por alboroto y embriaguez nocturnos en donde le confiscaron armas prohibidas, vinculadas con los duelos a pistola; no tenía interés en la universidad, no asistía con regularidad a las clases de Derecho y mostraba poco interés por las aficiones filosóficas o literarias. Marx dedicaba poco tiempo a las cuestiones intelectuales y ni siquiera tenía el hábito de la lectura o la escritura.
Entre estos y demás acontecimientos que le otorgan a Karl Marx el grado superior de “gran bohemio de Treveris”, figura también el gran amor de su juventud, la muchacha más bella de Treveris, Jenny Von Westphalen, quien fue seducida por la “brillantez retórica” del Marx enamorado. El amor por Jenny encendió en Karl la vocación por la poesía, y la idea de convertirse en un gran poeta le fascinó.
Con la existencia de Jenny, Karl tomó muy enserio la poesía. Dedicaba la mayor parte de su tiempo en la escritura, día y noche, invertía por completo su laboriosidad, fuerza de voluntad y mucha fe. Notas, esbozos, borradores, versiones definitivas. Nunca descansaba. Se dejaba llevar por la impetuosa determinación de conquistar, de un salto tempestuoso, una posición dominante en el mundo.
Era prolífico, en pocos meses logró un número importante de manuscritos, como los dos gruesos cuadernos de notas llenas de poemas, a los que denominó Libro de amor I y Libro de amor II (¿Marx escribiendo poemas amorosos?), los cuales dedicó a “mi querida y eternamente amada Jenny Von Westphalen”. A un tercer cuaderno de notas le llamó Libro de canciones. Posteriormente dedicó un cuarto libro a su padre, carente de título.
Su producción literaria también se vincula con la traducción de las Odas de Ovidio. Escribió un diálogo poético Cleantes, la novela humorística El Escorpión y Félix y Oulanem, tragedia a la manera clásica.(1)
Durante sus primeros meses en Berlín, Karl “progresa” tanto en novela como en tragedia, pero pronto el joven de Treveris es inundado por un desequilibrio emocional, lo que le lleva a ser presa de una reacción desesperada que terminó en la soledad y el desgano: ¡no era poeta!, solo era un trivial aficionado, como otros miles de jóvenes enamorados y cegados por la ilusión juvenil del amor.
Los manuscritos que había enviado a los periódicos, no solo le fueron devueltos, sino que además no traían consigo una sola palabra de aliento. Se dio cuenta de que sus escritos no mostraban talento y mucho menos genialidad. Las ilusiones literarias desaparecieron en el joven Marx con un aliento:
“Nada está claro / las emociones son vulgares e informes / no hay nada natural / todo está hecho de aire enrarecido / son reflejos retóricos en vez de pensamientos poéticos / todas mis creaciones se reducen a la nada”.(2)
Marx carecía de inspiración auténtica y el estilo que practicaba era rudimentario. Por ello, se deduce que el mundo no perdió nada con que renunciara a la poética. Entre ruinas se hallaba el joven Karl, fracasado, y ya no tenía energía ni ambiciones. El mundo no perdía un poeta, pero él había perdido al mundo.
Perteneció a la clase de los bohemios intelectuales, los de cafés, donde pasaba la mitad de su vida. El poeta fracasado vivía en un estado de parálisis emocional y motora. No trabajaba, no escribía, no tenía meta concreta alguna, era un estudiante que había fracasado en todo, y en ese estado de contrapunto existencial encuentra refugio en las bibliotecas, en los libros. Fundamentalmente había leído las obras completas de Hegel; asimismo, tradujo del latín la “Germania” de Tácito y del griego la “Retórica” de Aristóteles, todo en solo un año.
La inteligencia había despertado. Poseía una vasta cultura y argumentos filosóficos verdaderos, versados en lógica y en el arte de razonar mediante la analogía, la antítesis, y la eliminación.
Hasta entonces el lenguaje de Hegel era un enigma, pero Karl Marx logró esbozar un novedoso planteamiento sobre el pensamiento hegeliano, con lo cual conquistó su primer renombre entre los intelectuales. Aunque al principio causó gracia a los demás filósofos, más adelante logró la confusión de algunos y luego el respeto que merecía la tesis que planteaba. Karl Marx declaró la hostilidad a todo lo relacionado con dios y la religión.
El joven Karl logró un renombre, ya no era el bohemio, sino el genio que pudo sobreponerse de un fracaso y que convirtió la decepción de su período lírico en experiencia. El fanatismo por el arte literario lo condujo al hábito de la escritura y al estudio de los problemas sociales. El resto de la historia ya es conocida.
______Notas________
(1) Los títulos de la obra presentados en el artículo han sido tomados del libro de Leopold Schwarzschild (Schwarzschild, Leopold : El prusiano Rojo. La vida y la Leyenda de Karl Marx. Ediciones Peuser. Argentina, 1956)
(2) Ibid., p.43-44

El poeta sujeto y sujeto en Marea de sombras azules de Teòfilo Villacorta Cahuide

Fuente: La Primera Huaraz, Viernes 02 de Enero del 2009

Por: Axthedmio Mau Guil
Acaba de publicarse un poemario de mi amigo Teófilo Villacorta Cahuide (Aija- Ancash, 1966), cuyo itinerario de poeta transita en lo polifacético de su producción artística. De este modo el amigo Villacorta Cahuide es poeta, narrador y artista plástico.
Desde la aparición de sus primeros poemarios Flores en mi celda (1999) y Nostalgia desde los escombros (2001) ha sabido sortear los diversos procesos que encierra ese goce místico, el ser poeta. Es así que en su nuevo poemario Marea de sombras azules (Ornitorrinco, 2008) nos ofrece un ambiente de la pluralidad de las experiencias, especialmente la amatoria; evocando, deseando, idealizando, eternizando y pintando a la mujer amada desde el puerto costeño. Así podemos percibir a una única mujer idealizada en todas las mujeres del mundo o todas las mujeres del mundo, idealizadas en una sola mujer. Es notable además el tono personal e íntimo con la cual la va pintando simbólicamente, como también la búsqueda idealizante del vínculo imperecible, el amor.
Amo a la muchacha que tiene la piel del mar
y un nombre de sangre y carne encendida
que grita que jadea que sueña
que tiene un camino un pueblo una ciudad
un parque desolado donde reir o llorar
……………………………………………………
Amo a la muchacha de culebras, del Perú, de América y Occidente…
(El imperio del amor - Pág. 9-10)
En Marea de sombras azules, hay asimismo un poeta que no es Villacorta, es decir hay un sujeto poético, que al mismo tiempo actúa como poeta y más precisamente, como ser libre. A este sujeto podríamos definirlo al menos de dos modos; primero, como un sujeto actuante que transita entre el paisaje onírico y el paisaje costero de un mar y un amor idealizado; y segundo, como un sujeto, sujeto a múltiples aspectos de la autoridad del amor y sus dominios. El sujeto poético de este modo está formado por un circuito de fuerzas naturales, carnales y de sentimientos, en donde el paisaje onírico y geográfico están en constante pugna con el paisaje interior del yo poético.
Recorro tus huellas sobre la inmensidad del mar
y desde el confín de un quebradizo muelle aspiro tu regreso,
la brisa de tus labios frescos bebidos hasta el hartazgo
y tu cuerpo de algas flameantes ardiendo bajo el agua,
mis manos cual peces resbaladizos descubriendo tu encanto…
(Epístola a una muchacha que en sus ojos tiene la lucidez del mar - Pág. 11-12)
Por otro lado notamos la búsqueda del efecto de universalizar la idealización de esta mujer amada. Esta búsqueda de la expansión del amor, hasta otros dominios externos a la razón, funciona como metáfora del mar, como esencia secreta de las emociones del alma. La abundante redundancia del elemento “recuerdo”, con la imagen del mar y la inmensidad de esta se patentizan, como metáfora de la prolongación onírica de ese amor.
El agua construye
imágenes de piedra
y se desliza en la sombra
crucificada por la luz,
luz que se vierte
como chorros de agua
sobre esta garganta oscura
de ecos y palabras
que se deshacen
en nuestros labios…
(La cicatriz de nuestras almas – Pág. 23)
Señalamos finalmente que, hay además, un dramático contraste de fuerzas entre la tensión amorosa del hombre ansioso en idealizar y la mujer lejanamente idealizada, que se convierte en verdugo o asesina del poeta. Cuya forma única de matar, es con la lejanía, llenando al vate de soledad, esta misma lejanía, no es ni vendría a ser un efecto y/o elemento de sentimentalismo, sino la construcción pictórica del amor en toda su dimensión. Desde los precarios límites de lo lícito y lo prohibido; desde los dominios secretos de lo real y lo onírico; desde los confines impredecibles de la condición humana: la libertad, la sexualidad, el tiempo, el recuerdo y el amor que no cesan. Así Villacorta nos ofrece un tipo de poesía desencantada de sentimentalismo, una poesía que respira lucidez y que se detiene en el cosmos a contemplar al mundo interior del poeta y, al mundo visto por su visión artística y es que “Kawide”; pinta cuando escribe poesía y hace poesía mientras pinta.

Tècnicas de restauraciòn poètica de Antonio Sarmiento

Fuente: La Primera Huaraz, Martes 13 de Enero del 2009
Por: Axthedmio Mau Guil.
Hace poco acabo de recibir de manos de mi amigo el escritor, Antonio Sarmiento (Chimbote, 1966) su última publicación: Técnicas de restauración poética (Fondo Editorial de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle y Ediciones Altazor, 2008).
Antonio Sarmiento ha publicado los poemarios: Tontas canciones de amor (1994), Cantos de castor (1999), Ojo madre (2000), El junco y la tormenta (2004) y La soledad de Sigfrido (2008), y ahora con este último libro, no precisamente un poemario, pero sí un libro relacionado a las técnicas y estructuras poéticas, es así que el libro Técnicas de restauración poética, viene a ser una lectura abierta que invita al lector a reflexionar sobre los diversos mecanismos que toma el escritor en restaurar sus propia poesía o también, cómo cualquier acucioso lector puede rediseñar, corregir, traducir, recrear e influenciarse de ciertos mecanismos de la creación poética y desarrollar habilidades de apreciación crítica, de buen gusto, y de sensibilidad artística.
El libro está dividido en cinco capítulos, además contiene una suerte de antología de poemas vallejianos restaurados.
El primer capítulo contiene algunos lineamientos generales de la restauración en la arquitectura y en la pintura. Hay además una ejemplificación de algunas restauraciones famosas y rediseños del objeto poético, como la construcción de una hipótesis a partir de la dinámica del observador, específicamente el lector-autor acucioso que da vida a la obra literaria a través de múltiples interpretaciones, específicamente en este caso, referido a la esencia del poema.
La segundo capítulo contiene una suerte de balance general de algunos textos modificados o rediseñados, como por ejemplo, el autor cita el caso de la Odisea y la Iliada, que dada la transitividad del tiempo y la circulación del texto oral hacia los lectores en masa, el texto perdió esencia, pero aumentó su capacidad de deleite como obra clásica inmortal. Otro caso que destaca es el de The Waste Land (1922) cuyo autor T. S. Eliot entregó el poemario a Ezra Pound, quien dentro de una óptica restauradora, rediseñó la versión original del texto que todos conocemos y que goza de ser uno de los más notables libros escritos en lengua inglesa. En la literatura peruana suceden casos similares como los citados con anterioridad, citamos aquí algunos, como por ejemplo, los casos de José Santos Chocano, César Vallejo, Martín Adán, Jorge Eduardo Eielson, Juan Gonzalo Rose, entre otros poetas, que efectivamente han rediseñado algunos o varios de sus poemas ¿Trabajo de los editores? ¿Trabajo de rediseño y restauración del propio autor? Lo cierto es que el trabajo de restauración es un fenómeno perceptible y aún controversial en la modernidad.
El tercer capítulo es una lineamiento general a algunos términos que pueden aproximarse a la restauración, como por ejemplo; la corrección, pero desde el ángulo y la óptica de la restauración como apunta Sarmiento; otra sería la traducción, como lectura creadora; también la recreación como reinvención del objeto verbal y probablemente la esencia efervescente que interesa mas al escritor: las influencias electivas y fecundas que, como señala Sarmiento “de lo que se trata es de asimilar las obras de otros de manera creativa y ascendente” .
El cuarto capítulo vendría a ser un efecto de propuesta acerca de la teoría y el diagnóstico de la situación de las técnicas de restauración, de este modo podríamos decir que ¿todos los poemas pueden y deben ser revisados y mejorados desde su esencia? ¿ y bajo qué criterios? ¿Cuál es la línea divisoria que separa lo que se debe y lo que no se debe restaurar?. Estas son algunas de las preguntas a la que llega Antonio Sarmiento en su libro, indudablemente pese a que, existen poemas que debieran pasar el filtro restaurador, hay poemarios telúricos y es mas, hay poemas monumentos, cítese solo dos casos Piedra de sol de Octavio Paz y Alturas de Machu Picchu de Pablo Neruda, en estos casos ¿que diría la restauración?
Finalmente creo oportuno señalar que la propuesta de Sarmiento apunta a la inclusión dentro de la currícula, la licenciatura en restauración literaria, como en otras universidades de América y Europa como lo señala el autor, en donde se centran en la formación de estudiantes capaces a desarrollar habilidades de apreciación crítica, de gusto y sensibilidad en la creación y la apreciación crítica del arte.
El libro Técnicas de restauración poética ofrece así, un último y quinto capítulo, denominado asedios restauradores a la poesía de César Vallejo, y es efectivamente como lo han señalado diversos estudiosos de Vallejo, que la poesía vallejiana es una fuente verbal inacabable y es aquí donde Sarmiento urga, en la restauración de algunos de los poemas juveniles de Vallejo, publicados con anterioridad a los Heraldos negros (1918) y que, con la aparición del poemario hay aún dentro de este algunos rezagos de anacronismo que incluso pasaron desapercibidas por el propio Vallejo y que también debieron de suprimirse o rediseñarse desde una óptica de restauración. Aunque el tema de la edición y restauración de un poema publicado con anterioridad, y que posteriormente el poeta suele corregir, rediseñar, restaurar, recrear y publicar, es de orden general, la mayoría de poetas lo han hecho en algún o muchos momentos.
De modo general podríamos decir que el libro Técnicas de restauración poética de Antonio Sarmiento nos ofrece un amplio panorama para la indagación, para la crítica, la creación y sobretodo para la discusión sobre qué o cómo nos está permitido urgar en la conciencia textual del poema. Finalizamos diciendo que es un libro develador en su valor e importancia como documento y que por ende exige una lectura acuciosa y crítica.

"CHELITA, LA CANGREJITA", UNA NOVELA INFANTIL SOBRE EL VALOR DE LA AUTODETERMINACIÓN

  Juan Cervera (2004) señala que la literatura infantil integra todas las manifestaciones y actividades orientadas al niño, empleando la pal...