viernes, 24 de octubre de 2025

𝐴𝑆𝑇𝑅𝑂 𝐷𝐸 𝐿𝑈𝑍 𝑆𝐼𝑁𝐹𝑂́𝑁𝐼𝐶𝐴 DE PATRICIA COLCHADO

 

 Rilke señalaba que “para escribir un solo verso es necesario haber visto muchas ciudades, hombres y cosas; hace falta conocer a los animales, hay que sentir cómo vuelan los pájaros […] Es necesario aún haber estado al lado de los moribundos, haber permanecido sentado junto a los muertos, en la habitación, con la ventana abierta y los ruidos que vienen a golpes”. Pocas veces esta concepción rilkeana resulta tan precisa para referirse a un libro como Astro de luz sinfónica (Hipatía Ediciones, 2025) de Patricia Colchado.

La referencia resulta adecuada, pues en la obra se evidencia la relevancia del aspecto sensorial y de la captación de la experiencia sensible, particularmente la dolorosa, como medio para transformar el duelo por la pérdida del padre en una experiencia artística. En este sentido, la poesía aparece como el lenguaje más capaz de aprehender esos momentos de profunda emotividad. Sin embargo, para Rilke los versos no son meras expresiones de sentimiento, sino la traducción de experiencias mismas. De tal manera, el poeta convierte tales vivencias en palabras, a través de lo visual, lo sonoro, el ritmo, los silencios y los universos semánticos de la emoción.

El poemario se abre con una dedicatoria al padre de la autora, el escritor Óscar Colchado Lucio. En dicho paratexto se advierte la dimensión semántica de la obra mediante conceptos como “sinfonía” y “luminosidad”, los cuales remiten a la idea de vida, dado que escuchar una sinfonía y percibir la luz son actos propios de la experiencia vital, sensible. Ambos términos, vinculados a la figura paterna y resemantizados a lo largo del poemario y de los dibujos que acompañan al libro, pueden entenderse como metáforas de la presencia ante la ausencia del padre. Es así que la sinfonía se asocia con la palabra (voz) del padre; mientras que la luminosidad, con su imagen, ahora preservada en la memoria (huella). Aquello que se evoca del ser amado es, precisamente, su voz y su mirada. Esta dedicatoria introduce a un interlocutor ficcionalizado (padre), aquel a quien la voz poética se dirige y en torno al cual se organiza el libro. Sin duda uno de los mayores homenajes que un escritor puede rendir a otro es su ficcionalización dentro de su obra, y en este caso se une al tributo el afecto y el recuerdo filial.

El texto poético de Patricia Colchado se inscribe en una tradición literaria que ha inmortalizado la figura del padre ausente. Ejemplos notables son “Coplas por la muerte de su padre” de Jorge Manrique, “Funeral Blues” de W. H. Auden, El padre de Sharon Olds, “Elegía a mi padre” de Mark Strand y “Los pasos lejanos” de César Vallejo, entre muchos otros.

El hilo conductor de los catorce poemas es la conversión del sentimiento en experiencia estética. Los sentimientos, entendidos como entidades abstractas, son traducidos por el arte como representaciones simbólicas en las que cada lector puede proyectar su propia vivencia. Desde una perspectiva lingüística estructural, el lenguaje no conecta directamente con la realidad, sino con significantes que apenas rozan la experiencia sensible. De esta manera, la muerte, por ejemplo, no puede definirse desde una única abstracción, ya que cada individuo la experimenta de modo singular. No obstante, es posible representar ese fenómeno emotivo a través de las palabras y de múltiples significantes. De este modo, el arte propone un discurso abierto que permite al receptor reconocerse en él: en un poema, una canción, una pintura o una danza.

Bajo esta línea estética se inscribe la poética de Patricia Colchado, quien conjuga la humanidad del ser tras la pérdida con un diálogo cultural amplio. Su poesía no solo desarrolla una estructura dialógica con la figura paterna, sino que también entabla una conversación con las raíces identitarias, la música, la cosmovisión, la religiosidad, las costumbres y la memoria colectiva.

El poemario no se limita a la dedicatoria al padre, sino que honra la dimensión humana y cultural que este representa. En el “Poema I”, por ejemplo, se expresa el deseo de permanencia en el vínculo filial: “No quiero desligarme del cordón que nos une,/ quiero permanecer dentro de ti/ y seguir nutriéndome de tu placenta paterna” (p. 13). En otros textos, las referencias a la música y la danza andinas evocan la presencia cultural de los Andes: “Llegan más personas a despedirte,/ unos músicos y danzantes con máscaras se te acercan/ y hacen de esta ceremonia fúnebre una fiesta andina” (p. 29). El “Poema X” incorpora la cosmovisión y religiosidad andinas mediante el ritual del lavado de ropa y la preparación de alimentos para el alma del difunto: “Hoy día lavaremos tus ropas,/ prepararemos tu comida preferida” (p. 31); y más adelante: “«Debemos salir. Su alma vendrá a regocijarse,/ a despedirse», explica alguien” (ibid.).

El peso de la memoria, tanto cultural como personal, constituye otro eje del libro. La memoria cultural heredada y la comunicativa se actualizan en la reconstrucción simbólica del padre. Así se expresa en el “Poema XI”: “Llevo en mi vientre tu voz,/ el idioma que de ti heredé/ y que mis extensiones han aprendido” (p. 35), donde la voz del padre se perpetúa en la memoria. Asimismo, en el “Poema XIII” se proyecta la continuidad espiritual a través de la naturaleza: “«Cuando ya no habitemos más este mundo,/ seremos pájaros, árboles/ o lo que deseemos ser», nos decías” (p. 43).

Astro de luz sinfónica constituye una obra profundamente conmovedora. Más allá del dolor y del duelo, se eleva la luz de la memoria y la sinfonía de la vida celebrada en el recuerdo. Igualmente, los hijos se convierten en melodías que conforman una sinfonía mayor. En este sentido, la lectura del poemario admite múltiples perspectivas, sin perder de vista la sensibilidad artística de su autora, presente también en la música, el dibujo y la danza. Los poemas, organizados desde el retorno de la voz poética en busca del padre hasta el ritual post mortem y el reencuentro simbólico en la “otra patria”, se complementan con los dibujos de la autora, que ofrecen un discurso visual igualmente interpretable. En ambos registros predomina un tono elegíaco, pero no sentimental, pues la obra convierte la experiencia individual en una realización artística de notable madurez estética.


𝐴𝑆𝑇𝑅𝑂 𝐷𝐸 𝐿𝑈𝑍 𝑆𝐼𝑁𝐹𝑂́𝑁𝐼𝐶𝐴 DE PATRICIA COLCHADO

    Rilke señalaba que “para escribir un solo verso es necesario haber visto muchas ciudades, hombres y cosas; hace falta conocer a los anim...