
La revista está dividida en cinco
secciones. La primera, obedece al campo del Ensayo, donde aparecen trabajos de Miguel Garnett, Roger E. Antón y
Ricardo Ayllón. Garnett refiere, en “Las facetas del poeta”, desde una
percepción muy personal, que el poeta combina diversos aspectos en su estro
poético. Distingue tres facetas: la percepción de la naturaleza interior de las
cosas (que requiere de una sensibilidad superior para revelar las verdades), el
buen uso del lenguaje (dominar el idioma) y crear belleza (en sus múltiples
versiones afectadas por la subjetividad). Estas perspectivas sobre las facetas
del poeta sirven quizás como pretexto para referirse sobre su propia poética,
porque al final Garnett se refiere a sus textos y se pregunta “¿cómo hacer las
cosas al revés y dar a algo inherentemente feo una descripción verbal bella que
no le quitara su fealdad?” (p. 6). Sobre esta interrogante, ya planteada por
los parnasianos, algunos poetas simbolistas y quienes hicieron suyo la estética
de lo grotesco, Garnett busca examinar los lugares de la modernidad periférica.
Por su parte, Roger E. Antón (en “C.E. Zavaleta o el viaje al reino de la letra
memorable”) escribe unas sentidas páginas por la muerte del gran narrador ancashino
Carlos Eduardo Zavaleta, donde el escritor chimbotano hace una recorrido autobiográfico
de su encuentro con Zavaleta subrayando las cualidades del autor de Pálido, pero sereno. Por otro lado,
Ricardo Ayllón (en “Don Jasho,
alrededor de un conflicto peruano de gran actualidad”) hace un acercamiento al
libro Don jasho de Miguel Garnett y
señala que en aquel “el autor compromete un tema de gran actualidad dentro de
las problemática peruana. Aquel donde se encuentran y acometen los intereses de
un consorcio minero y los de una típica provincia alejada de las bondades del
gobierno central” (p. 10).
Una segunda sección de la revista es
Crónica, aquí se ubica el texto
“Antonio Cisneros y su maestra vida” de Enrique Sánchez Hernán, donde el autor
de la Violencia de sol cuenta su
cercanía con Cisneros, remarca los lazos del grupo literario La Sagrada Familia
con el poeta: “nos acogía semanalmente en su casa de la calle Roma, mostrando
elocuentemente que la fama literaria le importaba un pepino. Prefería beberse
unas cervezas con nosotros y revelarnos algunos de los misterios de la
creación, que con otros poetas consagrados” (p. 14).
Una tercera sección es Cuento, que está conformada por textos
de Walter Toscazo, Ricardo Sumalavia y Jorge Quiñones. En la cuarta sección Poesía encontramos poemas de Pablo
Moreno Valverde, Juan Cristóbal y Viscely Zarzoza. En la quinta sección Critica hay comentarios sobre algunas
últimas publicaciones como Besos volados
(Juan Carlos López Morales); Lumbra (Benggi
Bedoya); ArX (Luis Boceli); Un perro yonqui (Armando Alzadora); Conversaciones con el mar (Teófilo
Villacorta Cahuide); Vacas rebeldes
(Alejandro Freddy Loarte) y Sueños de
palomas (Daniel Cubas Romero).
La Revista de Literatura Millennium es un modo de compromiso y, quizás
debo decir, de diálogo entre diversos géneros artísticos pasando por
escritores, artistas plásticos, artistas gráficos, fotógrafos, etc. Sin embargo,
quizás hubiera que revisar y precisar los títulos de los contenidos. Por
ejemplo, en la sección de “Ensayo”, ninguno de los tres textos posee esas características,
como también pudiera generar confusión la sección “Crítica”, pues en la revista
esta está más cercana al comentario. Por lo
que queda decir, Millennium es una
revista dirigida desde Barranca que procura involucrar a un circuito académico
a jóvenes escritores de Lima y de provincias. Ya de
por sí, la publicación de una revista literaria es un acto heroico, pues
involucra complejas redes para su realización y continuidad.
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