martes, 29 de julio de 2025

"ARPA TAKI" DE MACEDONIO VILLAFÁN BRONCANO

 

Macedonio Villafán Broncano (Taricá, 1949) es un destacado escritor ancashino que ha publicado Apu Kolkijirka (1998), Los hijos de Hilario (1999), Cielo de las vertientes (2013) y un conjunto de cuentos en diversas revistas de literatura y libros colectivos. Después de casi trece años, el escritor huarasino vuelve a publicar un libro, Arpa Taki (Comunicarte Editores, 2025). A continuación, me referiré sobre la reciente obra de Villafán partiendo de algunos aspectos estructuradores y los tópicos por los cuales transita esta reciente entrega.


Arpa Taki, de Macedonio Villafán Broncano, es una obra que está en el cruce vital entre la literatura, la oralidad popular, el testimonio social y la memoria cultural de los pueblos andinos migrantes. A través de una voz narrativa íntima, entrañable y profundamente comunitaria, Villafán construye un universo ficcional que es también documental, donde los hilos de la vida cotidiana, la música popular con arpa y los relatos de lucha, desplazamiento y resistencia se entretejen en una propuesta literaria singular, profundamente arraigada en una visión ética y de compromiso con la cultura.


La historia central de Arpa Taki gira en torno a las vidas de Alisia y Avensia, dos cantantes de huayno con arpa, cuyas trayectorias están marcadas por la violencia de género, la discriminación, la explotación económica y la marginación cultural. Desde un estilo testimonial y a través de la visión del migrante, la visión femenina del proceso, desde el espacio subalterno laboral, desde donde erigen su discurso, muchas de ellas empleadas del hogar, incorporan tanto el castellano como el quechua no solo como praxis comunicativa sino como lugar de la memoria y espacio de fricción. El libro nos conduce por las calles de Lima, los pueblos serranos de Oyón y Huari, los caminos del Marañón y los escenarios migratorios desde donde parten los personajes. Esta geografía física se complementa con una geografía emocional y simbólica en la que el arpa, como instrumento sonoro y espiritual, se convierte en el gran hilo conductor de las emociones, los recuerdos y los sueños colectivos, de ahí la recurrencia de los huaynos como paratextos que aparecen en esta obra.


Uno de los rasgos más poderosos del libro es su recurso técnico muy cercano a la polifonía narrativa. La narradora principal, una trabajadora del hogar que se comunica con su hermana en el extranjero, recoge voces diversas: las voces de otras migrantes, las voces de los patrones, las voces de los músicos, las voces de cantantes, las voces de las abuelas, las voces de los abuelos, las voces de los niños, las voces de los muertos y las voces de los ausentes. En este entramado de voces, Villafán da cuenta de una comunidad viva que piensa, canta, sufre y resiste. El lenguaje empleado no solo reproduce la oralidad popular andina —con su ritmo, su sabiduría y su ternura— sino que también confronta al lector con una realidad que muchas veces se silencia o se estigmatiza desde los medios (mass media) y los discursos oficiales (los discursos de poder político, por ejemplo).


Desde el punto de vista lingüístico, Arpa Taki es un testimonio del bilingüismo funcional que caracteriza a muchas comunidades migrantes andinas. El quechua no aparece como adorno ni como folclorismo, sino como lengua viva, emocional y política. Su inclusión naturalizada en los diálogos y canciones revela la persistencia de una identidad cultural profunda que se resiste a la desaparición. Además, el castellano popular —con sus giros regionales, su estructura oral, sus metáforas cotidianas— nos sumergen en la visión de la historia y sus ficciones desde la perspectiva periférica.


En términos culturales, el libro retrata de forma interesante la música con arpa como práctica identitaria. Las canciones, los conciertos, los ensayos y los festivales se convierten en espacios de reunión comunitaria, resistencia emocional y afirmación cultural. El huayno con arpa, en la voz de Alisia y Avensia, no es solo un producto comercial, sino un espacio simbólico donde el dolor, la migración, el desarraigo y el amor encuentran expresión y sentido. Villafán hace del arpa una protagonista invisible pero constante: es la voz de la madre tierra, el eco de los abuelos, el instrumento que llora y alegra, el testimonio de una existencia desplazada pero no vencida.


La estructura narrativa de la obra tiene un aliento coral y cronístico. La historia se despliega en forma de carta hablada o testimonio dirigido a la hermana migrante, un recurso que permite un tono íntimo, confidencial y a la vez colectivo. La narradora es una mujer de pueblo, trabajadora doméstica en Lima, que conoce el mundo de las élites desde los márgenes. Su posición intermedia le permite ser puente entre los grandes relatos del poder y la verdad pequeña de los subalternos, entre los titulares de la prensa limeña y las historias que circulan de voz en voz, por teléfono, en las fiestas, en los mercados y en los conciertos populares.


Desde el punto de vista formal, la obra intenta desafiar las anteriores propuestas narrativas de Villafán. Arpa Taki se mueve entre la novela, la crónica, el testimonio y el relato oral. Su lenguaje no busca una perfección académica ni una sintaxis literaria convencional. Por el contrario, se sostiene en la fuerza de la palabra viva, en la musicalidad de las voces populares, en el ritmo de la narración conversada. Esta estética es también política: es una literatura que no busca hablar sobre los otros, sino hablar desde ellos, con ellos y para ellos.


En ese sentido, este libro puede leerse también como una crítica al centralismo limeño, al clasismo estructural y a la explotación de las mujeres migrantes en el Perú. La historia de Alisia y Avensia es también la historia de miles de mujeres que han sido empujadas a Lima o al extranjero para sobrevivir, que han enfrentado violencias múltiples, que han perdido hijos, esposos, hermanas; y que, sin embargo, han construido redes, identidades, música y resistencia en los márgenes de la ciudad y de la nación.


En definitiva, Arpa Taki es una obra imprescindible para comprender el Perú contemporáneo desde sus voces populares, sus lenguas originarias, sus mujeres migrantes y su música andina. Con sensibilidad, respeto y profundidad, Macedonio Villafán Broncano nos entrega un texto que conmueve y cuestiona, que celebra la vida colectiva y denuncia la violencia estructural, que canta con el arpa y con el alma de un pueblo que, pese a todo, sigue hablando, sigue cantando y sigue viviendo.

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