Conquistar
la literatura infantil o a los lectores de esta, es un camino complejo y a
veces largo, pues las preocupaciones, los motivos, los gustos, las fantasías y
las inquietudes de estos lectores cambian de generación en generación.
Consciente de esta problemática y de la voluntad de incluir a la literatura como
el arte de la lectura y la imaginación en los niveles de inicial y primaria,
Roberto Rosario Vidal (Lima, 1948) ha emprendido un sendero difícil en este
país, el cual consiste en sembrar lectores. La publicación de este texto,
demarca dos linderos desde mi perspectiva. Por un lado, se concentra el autor en
un homenaje a Caraz a través del develamiento de las experiencias y peripecias del
narrador autobiográfico y; por otro lado, evidencia a través de los temas y el
estilo su predilección por la literatura infantil.
Roberto
Rosario Vidal, como indica uno de sus libros es un trotamundos, es Licenciado
en derecho y ciencias políticas por profesión. Poeta y narrador por vocación y
devoción. Es, asimismo, gestor del movimiento peruano y latinoamericano más
importante referido a la promoción de la literatura para niños y jóvenes. Fue
presidente fundador de la Asociación Peruana de Literatura Infantil y Juvenil
(APLIJ-1982), es también miembro del Encuentro Nacional de Escritores que
promocionan la publicación de libros y la lectura entre niños y jóvenes. Junto
con la escritora uruguaya Sylvia Puentes de Oyenard y el escritor cubano Luis
Cabrera Delgado, fundó el año 2002 la Academia Latinoamericana de Literatura
Infantil y Juvenil, entidad cultural sin fines de lucro que en la actualidad
cuenta con filiales en Bolivia, Chile, Cuba, Ecuador, Panamá, Uruguay y Perú. Es
autor de un conjunto de obras de literatura infantil, en la que destaca El trotamundos, Shica shica de limón, El oso
maloso, etc. En ensayo destaca La
poesía infantil y La literatura
infantil en la educación inicial y básica. En Novela, resalta Shica shica de limón, Señal de la Cruz y
Volcán de viento.
Recientemente,
acaba de aparecer la tercera edición de su novela Shica
shica de limón (Lima, Editorial San Marcos, 2014), pues la primera edición
fue realizada en Lima por la Editorial Sagsa en 1987. A continuación, exploramos
los principales aspectos técnicos y temáticos que esgrime la escritura de Roberto
Rosario.
Shica shica de limón
es como señala el narrador ancashino Óscar Colchado Lucio en la contratapa del
libro una nouvelle; es decir, una
novela corta. Pero habría que agregar que esta nouvelle desarrolla una de las características de la «novela de
aprendizaje o Buildungsroman», la transición y el aprendizaje desde la niñez.
La obra consta de 31 secciones que se
encadenan como fotografías de los momentos felices, las experiencias, los sueños,
las aventuras, las ilusiones, las travesuras, los recuerdos, etc. En cada
sección titulada, el narrador de tipo autobiográfico pareciera describir cada
escena, cada fotografía del pasado ahora que se enrumba o retorna a la ciudad
de Lima a continuar sus estudios secundarios. El libro de Roberto Rosario trata
del viaje que realiza un niño (Gabriel) desde la capital (la ciudad de Lima) al
lado de su madre (Florencia), hacia un lugar nostálgico de la sierra de Áncash,
Caraz, para volverse a encontrar con su padre (Macshi, el dueño del negocio
fotográfico “Foto Flash”), donde poco a poco conocerá la naturaleza, las
costumbres, los rituales, los caracteres psicológicos de la gente y del entorno
ecológico caracino.
En
este sentido, convendría reflexionar sobre la naturaleza del narrador, pues se
trata de un tipo de narrador autobiográfico. Las dos primeras secciones, “La
carta de papá” y “el viaje”, tienen que ver con el tema de la búsqueda de la
identidad. En la Odisea, Telémaco indagando
en las noticias sobre su padre emprende un viaje en su búsqueda, que es al
mismo tiempo la definición y el autoconocimiento de éste por intermedio del
padre. La fórmula la usa Juan Rulfo, en Pedro
Páramo, donde Juan Preciado buscando noticias de su padre viaja a Comala. En
Roberto Rosario aparece también este tema como señalamos en las dos primeras
secciones; la primera es la noticia de la existencia del padre y la segunda es
el viaje que emprenderá Gabriel para experimentar aventuras una vez ubicado al
padre y definir sus temores, fortalecer su identidad ligada a Caraz y conocer
también al abuelo. Este tema no es gratuito, pues se trata de la representación
del aprendizaje y el desciframiento de los caracteres psicológicos del niño
Gabriel allá en Caraz. Esta representación mítica culmina con el retorno del
joven héroe Gabriel, pues él en Caraz ha experimentado muchas aventuras con los
caracinos, ha experimentado situaciones pasionales (amor, odio, rencor,
envidia, placer) y se ha desarrollado psicológicamente fortaleciendo su
carácter de “observador”. Esta característica del narrador es clave para
entender el proceso de aprendizaje que tuvo como hijo de un fotógrafo, pues por
el lenguaje y por el foco de narración que hace en cada sección de la nouvelle se puede advertir sus múltiples
planos, sus enfoques, sus detalles, su mirada sobre las costumbres, los
rituales, las comidas, incluso su capacidad para captar el sonido o el lenguaje
de los animales.
Otro
tópico que quisiéramos subrayar es el tema que engloba a la música, la poesía,
la canción popular y los sonidos que emiten los animales. Probablemente aquí se
deje constancia, a partir de los recursos propios del canto, la música y la
poesía, de la influencia del autor real en su obra. Efectivamente, Roberto
Rosario es también autor de poesía y probablemente amante de la música popular,
que aparecen fragmentadas como recuerdos a lo largo de la nouvelle. El personaje Gabriel en este sentido resulta siendo un alter ego del autor real, pues es este
niño es quien recuerda los poemas que aprendió en el colegio, recuerda los
villancicos cantados en la casa de Shesha Villanueva, recuerda el canto y los
sonidos que emiten los animales domésticos y silvestres, recuerda las canciones que escuchaban sus
padres en los almuerzos en el campo, recuerda algunas canciones de la costa,
etc.
Otro
tema que importa enfatizar en este proceso de búsqueda de la identidad
(búsqueda del padre) y de desarrollo de las habilidades sensoriales (la
musicalidad y el lenguaje de los animales, la experimentación de las aventuras
y travesuras individuales y grupales, el sabor de la comida andina y del shica
shica, la mirada descriptiva del entorno, los olores del campo y la ciudad), es
la representación de las racionalidades en la nouvelle. En la obra de Roberto Rosario Vidal se advierte que hay
una convivencia entre dos tipos de racionalidades. Por un lado; la racionalidad
andina representada por las costumbres de los indios de Parón, las tradiciones
orales aún vivas en muchos personajes de la novela y por la representación de
la lengua quechua en algunos personajes y; por otro lado, la racionalidad
cristiana con la idea del pecado en la escena de la primera comunión de Gabriel,
en las misas de domingo, en los santos que son aludidos constantemente y en las
celebraciones de navidad. Tal mezcla y descripción en cada sección revelan la
construcción de un cristianismo andino en la visión del personaje
autobiográfico, pues no rechaza los valores culturales paternos, pero tampoco
disiente de la religión cristiana. Al final de la nouvelle, el personaje logra identificarse con este sincretismo
cultural; pues es el momento del retorno a Lima y con este, la manifestación de
la nostalgia y la activación de la
memoria cultural.
A
nuestro entender, la obra Shica shica de
limón de Roberto Rosario tiene que ver, aunque no estrictamente, con la «novela
de aprendizaje o Bildungsroman» por la dimensión temática que apunta, ya que los
tópicos del libro tienen que ver con la evolución y el desarrollo físico,
moral, psicológico y social de un personaje niño en el proceso de
socialización, decisión y actuación. Por otro lado, a nivel técnico, se trata
de una nouvelle o novela corta, pues
dicha obra tiene menor extensión que una novela y menos desarrollo de la trama
narrativa y de los personajes. Asimismo, se puede advertir las huellas del
sentido picaresco en las aventuras de Gabriel, el personaje niño y sus
travesuras en Caraz. Esta brevedad no se debe confundir con el cuento, pues no
tiene los recursos técnicos expresivos de este. Por lo que queda decir del
libro, Shica shica de limón, este
demarca dos linderos; uno que se concentra en un homenaje a Caraz a través del
develamiento de las experiencias del narrador autobiográfico y; otro, evidencia
que los temas y el estilo apuntan a la construcción de una literatura infantil
a partir del descubrimiento del yo.
pos no se we
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