Juan Cervera (2004) señala que la
literatura infantil integra todas las manifestaciones y actividades orientadas
al niño, empleando la palabra como medio artístico o lúdico para llegar a estos.
En este sentido creemos que, conquistar la literatura infantil o a los lectores
de esta, es un camino complejo y a veces largo, pues las preocupaciones, los
motivos, los gustos, las fantasías y las inquietudes de estos lectores cambian
de generación en generación de una manera vertiginosa, más aún en tiempos de
predominio de los factores negativos que trae consigo lo tecnológico y
científico.
Consciente de
esta problemática y de la voluntad de incluir a la literatura como el arte de
la lectura y la imaginación en los niveles iniciales de la formación educativa,
Carlota Yauri (Lima, 1971) ha emprendido un sendero difícil en este país a
través de libros como Bufi, doctor corazón-El niño y el mar (1995), Osita,
flor y sol (1998), Rescatando a Espadita (2008), La decisión de
Espadita (2011), La familia de Espadita (2012), Osita, rayito de
sol (2012), Lucas y un mundo por descubrir (2014), Mundo de mascotas
(2017) y Mi familia está loca (2017).
Recientemente, Yauri
acaba de publicar Chelita, la cangrejita (Editorial Andes Azules, 2023),
novela corta, que trata acerca de la vida de una cangrejita cuyo nombre es
Chelita y que consigue, en base a su autodeterminación y constancia, ser la líder
de la comunidad de animales marinos. Ella vive en el mar, en un hermoso
arrecife junto a sus hermanos (Ron y Rubí) y sus padres, un guardia nocturno y Jade
(una reconocida actriz), quienes están pendientes de sus hijos y que por
momentos dudan de la inquietud de Chelita por lograr anhelos que la hacen única
en su especie y blanco de múltiples desavenencias y críticas.
La historia inicia cuando en la playa, Chelita
la cangrejita, pretende caminar hacia delante, cosa inusual para los cangrejos,
sin embargo, después de muchos intentos ella lo logra muy al pesar de otros
animales marinos que la cuestionan y la observan como un crustáceo raro y
diferente. Más adelante tiene otro reto que es saltar, y que tras muchos
intentos, prácticas y empeño logra esta hazaña; no obstante, este y los retos
anteriores solo fueron sus logros y anhelos, pero Chelita realiza una proeza,
que es salvarle la vida a un bebé cangrejo que se encontraba solo en un apuro y
que se convierte en un acto heroico que la catapulta al camino del líder.
Este último
hecho que tiene que ver con la solidaridad entre los animales y que enfatiza la
condición de líder de la cangrejita Chelita, harán que los animales marinos
entiendan que ser líder implica desarrollar un potencial personal que luego
sirva para el bienestar de la comunidad, el “uno” que sirve a los “otros”.
Sin duda en esta
novela, llama la atención la figura simbólica del cangrejo (la cangrejita
Chelita), pero, ¿por qué el cangrejo? El cangrejo es un crustáceo de la orden
de los decápodos, que se caracteriza por tener cinco pares de patas, de los
cuales dos suelen ser sus pinzas. Este ha sido representado en el ámbito
zodiacal, astronómico, mitológico y, por su puesto, en diversas obras
literarias.
En la novela
breve de Yauri, esta cangrejita se encuentra entre el ecosistema marino y el
ecosistema terrestre, entre el dinamismo marino (símbolo de la vida cambiante)
y la aparente pasividad terrestre (la playa). De tal forma que Chelita, se
mueve entre esos dos mundos, en esas dos vidas donde hay predadores, por ello
siempre los padres de Chelita preguntan dónde se encuentra esta. A diferencia
de los de su especie, que pueden desplazarse hacia atrás o a los costados,
Chelita logra desplazarse hacia delante, en una parte del libro, por ejemplo,
se lee: “En la vida siempre hay que ir hacia adelante. ¿No lo saben?” (p. 11).
Esta expresión sostiene toda la reflexión que se pretende y se desprende del
libro, de ahí que la autora haya elegido como personaje simbólico al cangrejo.
Igualmente, hay
algo más, no se trata de cualquier cangrejo, Chelita nació con un problema en
sus articulaciones, en sus patitas, que ahora se convirtieron más bien en una
oportunidad para ella, caminar hacia delante, metáfora de la superación y la
resiliencia. Si bien Chelita, pese a la adversidad marina y su condición
diferenciada, logra caminar hacia delante, luego de ello pretende y logra algo
mayor, saltar muy alto como ninguno de su especie. De esta manera, la novela
representa dos grandes metáforas de la vida; por un lado, “el acto simbólico de
caminar”, es decir, de ir para adelante, de continuar pese a las adversidades o
problemas que se tornan como experiencias y que uno no debe de rendirse hasta
conseguir lo próximo, en el espacio del futuro. Por otro lado, se representa
también, el “acto simbólico del salto”, de ahí que cobren sentido expresiones como
“dar el gran salto”, que refiere a los grandes cambios. En el caso de la
novela, Chelita, al caminar hacia adelante logra el impulso necesario para
enfrentarse a la envidia de los otros animales marinos, a las habladurías, a la
percepción del fracaso del resto, el conformismo, etc., igualmente, ese impulso
sirvió para dar un gran salto en su vida, pues al ser aún pequeña, luego será
la líder de la comunidad de animales marinos, lo cual implica el surgimiento de
responsabilidades mayores, la madurez para resolver problemas ajenos y cuidar
del bien común.
Si bien existen
otros elementos que también se pueden comentar de la novela infantil de Yauri como
la solidaridad, la aventura, el valor ecológico, etc., se ha pretendido
enfatizar en la simbología del cangrejo y en las dos metáforas de la vida:
caminar (dar el paso) y saltar (gran cambio). Sin duda, Chelita, la cangrejita
es una novela breve que encierra muchas enseñanzas, sobre todo aquellas que
tienen que ver con la confianza en uno mismo, sobre todo en el valor del líder
para la conducción y el logro del bienestar común.
Referencias
bibliográficas:
Cervera, J. (2004). Teoría de la
literatura infantil. Mensajero.
Yauri, C. (2023). Chelita, la
cangrejita. Editorial Andes Azules.